Un pueblo que sale a mostrar su fe, una cuadrilla que la lleva y ya son nueve años con esa dulzura y elegancia de aquellos que creen en Dios y en la Virgen movidos por un sagrado oficio.
Otro año que la Virgen, sale a llevar consuelo, alegría y esperanza para seguir luchando en este valle de lágrimas.
Un año para transmitir la Fe y tradición en pequeños cofrades y aquellos que pronto están por llegar.
Un nuevo año de Fátima en el que damos gracias de poder estar ahí, gracias al esfuerzo de la parroquia y de aquellos anónimos que hacen posible esta procesión.
También gracias a la cuadrilla de costaleros que nuevamente tuvo el honor de poder llevar a la Virgen.
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