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San Juan Bautista de la Concepción y su llegada a Valdepeñas

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Hoy me siento un poco nostálgico, me apetece escribir una de esas entradas que aburren a las ovejas, una de esas historias verdaderas que Valdepeñas guarda y que tristemente nadie se pregunta. En primer lugar decir que esta entrada debería ir en el desaparecido apartado de este blog "surtidito ibérico" pero como ya veis ese apartado no existe así como tampoco está el apartado "de cofradías", pues en su día pensé para bien o para mal unificar todo en "de pata negra", fallo mío no informar de esta situación, aprovecho para dar las gracias a los seguidores y muy especialmente a todos los autores que han aportado mucha información, pero la desgracia no están grave pues todas esas maravillosas entradas están aquí, en "pata negra" el que tenga el gusto que use el buscador o que empieza a rebuscar en las páginas del blog.
Para no irme más del tema hoy quisiera recordar a Juan Bautista de la Concepción, o mejor dicho a San Juan Bautista, nacido en el vecino pueblo de Almodóvar del Campo y que llevo a cabo la reforma de la orden trinitaria. Fue aquí, en la heroica por el año 1596 (que de heroicos teníamos poco, pero seguramente mucho mejor gusto que ahora). Fernando Vasco, hijo del ilustre Eusebio Vasco hace un apunte histórico de como Valdepeñas tuvo la suerte de que se estableciera la primera comunidad de Trinitarios descalzos. Como ya he dicho en 1596 por febrero San Juan Bautista predicador de un convento de Sevilla, salió de la capital andaluza para dar la bienvenida al comisario de la Orden: Fray Diego de Guzmán; a lomos de una mula y pasado Écija se encontró con una terrible tormenta, tuvo la mala suerte de no encontrar cobijo y tampoco pudo avanzar camino ya que al animal que lo llevaba a lomos se puso a dar vueltas, ante tal agonía y desesperación el Santo ofreció repetidas veces ser recoleto descalzo y sin regresar a Sevilla dirigirse a Valdepeñas. Pero como todo en la vida después de la tormenta viene la calma y llegando a su destino, Andújar, donde se reunió con su comisario Fray Digo de Guzmán, le dio a conocer su promesa, la que fue rechazada, este le anticipo que pasada la cuaresma se lo llevaría a Madrid.
Pero nada más lejos de la realidad, pues el Santo tenía como destino fijado Valdepeñas, y justamente a la mañana siguiente Juan Bautista subió al aposento de su comisario y después de hacer oración ante la Virgen cambio completamente de opinión y diciéndole que sería cosa acertadísima que realizase su deseo de ir a Valdepeñas como trinitario recoleto descalzo. Lleno de bendiciones el Santo puso rumbo al destino que la casualidad le había brindado y con una carta para el Ministro de Valdepeñas Fray Miguel de la Reina en la que se le ordenaba que le entregaran un habito y que nada se hiciera en el convento de Valdepeñas sin dar cuenta a Fray Juan Bautista.
El 14 de febrero de 1596, el Santo haría su entrada en Valdepeñas, empezando su predicación en el convento de San Nicasio el primer Domingo de Cuaresma en la que pidió que el Jueves Santo le llevasen una limosna grande para los pobres, autorizando a las doncellas con licencia que allí pedía a sus padres, para que cada una hurtase al suyo hasta un real, palabras que causaron mucha risas entre los asistentes, pero gracias a esa "gracia" con la colecta pudo adquirir en una casa inmediata al convento y esta se convirtió en el primer hospital del que se tienen noticia de Valdepeñas.
Y aquí termino este breve apunte que nos hace Fernando Vasco, un trocito mas la historia de Valdepeñas, de como un Santo y fruto de la casualidad llevaría aquí la reforma de la orden. Más adelante y si estos calores agotadores que te quitan las ganas de todo, contare un poquito del Hospital de San Nicasio.

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